Alcanzado su punto óptimo, la cuajada troceada se introduce en los moldes o en servilletas, dependiendo del formato a elaborar. Los quesos frescos se presentan en cuatro formatos diferentes que se almacenan en cámara fría para su reparto diario.
Los quesos madurados se salan en salmuera durante 24 horas y entran en la cámara de maduración controlándose diariamente, dándoles la vuelta y sobando el moho para que homogenice. El queso tierno estará en cámara durante 20 días, y el curado durante 2 meses aproximadamente. Posteriormente se envasa de la forma requerida.